Le Mans

Comenzada la vuelta a casa desde Normandía, la primera parada es en Le Mans. Aunque es conocida mundialmente por sus carreras, esto no es precisamente lo que nos interesaba ver. 

La capital del departamento de Sarthe situado en la región del País del Loira es un decorado perfecto para grabar cualquier película de época. El casco antiguo de la ciudad, con las casas de entramados de madera, las calles empedradas y los callejones estrechos, ha sido el ambiente idóneo para películas como Cyrano de Bergerac o La Máscara de Hierro. 

Cada noche de verano, la ciudad protagoniza su propio film con la "Nuit de Chimères", un espectáculo de luz y sonido que colorea las paredes históricas de Le Mans.

Por Le Mans pasaron pueblos prehistóricos, romanos, la dinastía Plantagenet y todos dejaron su huella. Lo pudimos ver en la muralla romana que rodea el casco histórico, en el trazado de las calles, en la Catedral y en la arquitectura de sus edificios. Un detalle es que algunas esquinas conservan viejas columnas de madera que estuvieron destinadas a que la gente se orientase en la ciudad ya que no existía el sistema de calles y números que conocemos. Por ese mismo motivo algunas construcciones colocaban encima de la puerta una figura que simbolizaba una característica del propietario.

El Casco Antiguo está situado sobre una colina y la muralla romana que lo rodea es una de las mejores conservadas de Europa (data del siglo III) habiendo defendido la ciudad en varias ocasiones como durante la invasión de los bárbaros o en la Guerra de los Cien Años. 

La ciudad sufrió de guerras religiosas, batallas entre los revolucionarios y contrarrevolucionarios. Fue conquistada por los alemanes en la guerra Franco-prusiana y por ellos mismos en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra Le Mans se restauraba durante mucho tiempo con el fin de conservar su aspecto arquitectónico antiguo.

En el área histórica se encuentra la Abadía Lepo, que fue fundada en 1229. Esta abadía fue la última casa de la reina Berengaria, que se mudó aquí después de la muerte de su esposa. El edificio histórico está ubicado en un gran jardín.

El Castillo de los Condes de Maine, también tiene historia. En interior de este castillo nació el futuro y famoso rey Enrique II, cuarto hijo de Francisco I y de Claudia de Francia, reconocido duque de Bretaña en 1536, y coronado rey de Francia en Reims en 1547. A lo largo de los años, este castillo ha sido constantemente reconstruido y ampliado pero se ha mantenido sin cambios en los últimos 150 años. 

Uno de los edificios más antiguos de la ciudad es la Abadía de Saint-Pierre, que fue fundada en el siglo XI. Ahora este monasterio es el más grande y uno de los más antiguos del país. En Le Mans, se conservan edificios de varias épocas, por ejemplo en los actuales hoteles históricos y algunas casas de huéspedes del siglo XV que en su día fueron ocupadas por miembros de la realeza.

La Catedral de Saint Julien  Se puede ver desde casi cualquier parte del casco antiguo. Pero hasta que no sales del casco y la ves desde abajo, no te das cuenta de lo grandiosa que es. Está dedicada a San Julián, el santo que se encargó de cristianizar le Mans en el siglo IV, y fue levantada entre los siglos XI y XV, de ahí la mezcla de estilos románico y gótico. Además de la arquitectura destacan en su interior el conjunto de vidrieras y entre ellas la de la Ascensión, del siglo XI, la más antigua que existe en un templo francés. Están enterrados los restos mortales del conde de Anjou Godofredo V 'El Hermoso', padre del rey de Inglaterra, Enrique II Plantagenet y de la reina Berenguela de Navarra, esposa del Ricardo Corazón de León.

En el exterior se encuentra cuidadosamente colocado un menhir de gres que mide aproximadamente cinco metros, construido entre los años 4000-5000 a.C. está instalado en la Place Saint Michel.

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